El mago Jacinto
hacía grandes líos.
Se olvidaba a veces
de sus hechizos.
Convertía sapos
en princesas lindas,
y luego las dejaba
saltando en lagunitas.
Al sol lo convirtió
en rey con castillo,
y tantos días grises
asustaban a los pajaritos.
Un día temprano entró
en la mismísima escuela
y se llevó todos los bancos
para que fueran estrellas.
Pobres chicos no pudieron
tener clases esa vez,
se armó un gran alboroto
y en el cielo también.
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